- Gianluca José Martuccio tiene 25 años y revela su historia de vida a Clarín.
- “Disfruto de lo que hago y soy muy feliz”, asegura el joven.
Él soñaba con diseñar, producir y dar rienda suelta un proyecto propio que le permita vivir de lo que le apasiona. Lo que no sabía era que llevar adelante ese deseo iba a ser más difícil de lo que imaginaba.
Gianluca José Martuccio tiene 25 años y es un argentino oriundo de la Provincia de Buenos Aires. Después de que su padre lo despidiera de su trabajo, él terminó desarrollando un negocio que le permitió cumplir sus sueños.
“Cuando uno mira a su alrededor se da cuenta de que lo material no es lo más importante, sino los afectos y la familia”, comenta Gianluca en una entrevista con Clarín.
Una noticia impensada
El protagonista de esta historia nació en la localidad de González Catán -perteneciente a la zona oeste del Gran Buenos Aires-. En 2016, finalizó sus estudios secundarios en la “Escuela de Educación Técnica Fundación Fangio”, mejor conocida como “La escuela de Mercedes Benz”, con el bachillerato de Técnico Electromecánico.
Al cabo de un tiempo, obtuvo su primer trabajo como repartidor de comida con el objetivo de pagarse un viaje con amigos a Bariloche. Al regresar, consiguió empleo en atención al cliente, pero no era lo suyo, de acuerdo a sus palabras.
A raíz de esto, en 2019, se convirtió en el nuevo empleado del negocio familiar. El papá de Gianluca –quien tiene comercios en el rubro gastronómico- lo contrató para ocuparse de la logística y la distribución de mercadería en el local.
En ese momento, desde el negocio del padre habían sugerido hacer una promoción para que los clientes pudieran acceder a un plato grabado gratis. Por lo tanto, compraron una máquina cortadora láser para llevar a cabo el plan de manera artesanal. Ese artefacto despertó en el joven argentino las ganas de crear algo propio.
“Busqué en internet sobre lo qué podía crear con este aparato y encontré piezas de acrílico que me parecían fascinantes. Me di cuenta de que contaba con la posibilidad de crear un producto que sea innovador y exitoso en nuestro país”, menciona Gianluca.
En una de esas casualidades, se topó en la web con una patineta que le atrajo mucho y decidió comenzar un emprendimiento propio en el sector de las tablas de paseo. “Descubrí que necesitaba un dispositivo que me dejara cortar hasta 20 milímetros de acrílico con un control numérico computarizado”, dice el emprendedor.
Por esta razón, requirió de una “Router CNC”, una máquina capaz de cortar de forma automatizada. Según sus cálculos, debía trabajar un año entero para poder costearla. “Quería diseñarla yo mismo y para eso contacté a un señor que está inmerso en el rubro de las impresoras 3D”, explica Gianluca.
El día que su papá lo echó del trabajo
En abril del 2021, comenzó el boceto de la estructura metálica con la ayuda de Carlos, el hombre que le recomendó los mejores materiales posibles para ensamblarla. Luego de seis largos meses, Gianluca recibió su herramienta de trabajo tan esperada, aunque una dura noticia apagó su felicidad.
“Me echó del trabajo mi propio papá. Fue un momento muy difícil, estaba empezando un proyecto propio con mucho esfuerzo y el sustento económico para mantenerlo se desvaneció de un día para el otro”, expresa con tristeza el joven.
“Lucho por un futuro mejor”
Con una mezcla de emociones, siguió adelante por un sueño: emprender. “Sin el apoyo de mi madre y mis abuelos esto no habría sido posible, me ayudaron económicamente con gastos que no pude pagar al haber sido despedido”, afirma el joven argentino.
Finalmente, en 2022, Gianluca logró construir un producto único, las reconocidas longboards – patinetas-, pero personalizadas. Él creó una cuenta en Instagram, a través de la cual ahora ofrece la posibilidad de que los clientes ideen su propio producto.
“Fue increíble la repercusión que tuvo en las redes sociales, me llaman personas de todas partes del mundo para encargar su propia patineta. Hice envíos a Dubái, Estados Unidos, Eslovenia, España y la mayoría de las provincias de Argentina”, se explaya el comerciante, dueño de @longgies.arg.
“En la actualidad, me encargo de la logística, el armado, la atención al cliente y la distribución de la mercancía. Inclusive, les recomiendo a mis seguidores el tamaño de tabla que sea ideal y adecuada para su contextura física”, agrega Gianluca.
Orgulloso por su presente, el joven aspira a estudiar la licenciatura en Diseño Industrial y poder perfeccionarse más aún en el ámbito. “Soy muy feliz, espero seguir creciendo personalmente y darle a mi madre todo lo que se merece«, asevera el emprendedor.