Expertos nacionales e internacionales, convocados por el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, Facundo Manes, expusieron sobre la importancia de invertir en el conocimiento y el bienestar de las personas
Este lunes 18 de diciembre se llevó a cabo, en el salón Delia Parodi del palacio legislativo nacional, el encuentro “Desarrollo humano, la base para un crecimiento económico y social sostenible”, al que di impulso como presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados de la Nación.
Del intercambio de ideas participaron expertos de relevancia nacional e internacional como Harris Eyre, director de la Brain Capital Alliance, miembro del Meadows Mental Health Policy Institute y del Rice University’s Baker Institute for Public Policy, de Estados Unidos; Florencia Lopez Boo, economista líder de la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y Fernando Torrente, director del Instituto Neurociencias y Políticas Públicas de INECO y decano de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Conducta de la Universidad Favaloro.
Los expertos brindaron, en relación a sus respectivas áreas de trabajo, una mirada abarcativa sobre la importancia del desarrollo humano, no solo para conseguir un eficaz desarrollo social sostenible, sino también un crecimiento económico.
En el siglo XXI la economía es el conocimiento, es la capacidad de los países de generar valor y para eso hay que tener cerebros nutridos, estimulados cognitiva y emocionalmente, y un sistema de educación, científico, de reglas, de leyes, de comercio internacional, de instituciones, es un conjunto que llamamos “la sociedad del conocimiento”.
Durante el encuentro los disertantes estuvieron de acuerdo en que, a pesar de que las sociedades enfrentan grandes desafíos simultáneos a nivel global, como el cambio climático, el impacto de la inteligencia artificial, las guerras y las migraciones, es imprescindible reflexionar sobre estas problemáticas que posibilitarán entendernos como humanos y así lograr que nos desarrollemos de forma sostenible, más allá de las distintas coyunturas.
En esta misma línea, se enfatizó sobre la absoluta necesidad de invertir de forma consistente en el desarrollo humano de calidad y de pensar políticas públicas eficientes que tengan en cuenta cómo las personas actúan, piensan y se comportan en la realidad para poder conseguir los objetivos deseables.
Estuvieron presentes, entre otros, los diputados nacionales y provinciales Pedro Galimberti, Daniel Arroyo, Viviana Dirolli, Pablo Juliano, Claudio Frangul, Nazarena Mesías y Julio Pasqualin, dirigentes sociales como Daniel Menéndez, investigadores y estudiantes de universidades nacionales.
Florencia López Boo presentó un trabajo realizado en el Banco Interamericano de Desarrollo bajo el nombre “La estrategia de primera infancia” y remarcó la importancia del desarrollo y el aprendizaje en la primera infancia, su impacto directo en la economía de los países y su relevancia para el presente y el futuro de las sociedades: “Una buena salud, una buena nutrición son claves para el desarrollo del niño, así como interacciones receptivas, cálidas y rica en lenguajes con el adulto a cargo”, subrayó.
Sobre la implementación de políticas públicas López Boo advirtió que “es muy costoso no invertir en primera infancia. Calculamos en el BID que si no invertimos, si no hacemos nada, le va a costar a la sociedad 1,6 puntos del PBI y, además, como el cuidado infantil recae en el hombro de las mujeres mayoritaria y desproporcionadamente, como lo vimos en la pandemia, esta es una agenda no es solo para el futuro de los ciudadanos y los niños sino que es en el hoy también una agenda que promueve la igualdad de género”.
Luego, Fernando Torrente centró sus palabras en la problemática de la salud mental: “Si el desarrollo infantil es la base del desarrollo, los cimientos y las estructuras, la salud mental es el techo de nuestras vidas”, y agregó que “si el desarrollo infantil, el desarrollo cognitivo y la nutrición configuran la potencia de una persona, la salud mental va a decir hasta dónde esta potencia se va a alcanzar. Sin salud mental la potencia no se expresa, se ve limitada”.
De esta manera, señaló que “el problema está en que hoy se habla de la salud mental, tenemos más conciencia individual y social sobre la salud mental, pero se hace muy poco de salud mental, no solo en Argentina sino en el mundo”.
En tanto, Harris Eyre profundizó sobre el concepto de Capital Mental y los desafíos que enfrentan las sociedades hoy en día al respecto. Afirmó que el cerebro es el activo más importante que tenemos los seres humanos, que nos permite ser quienes somos, pensar, imaginar y recordar, y que las políticas públicas deben comprender esto.
“Tenemos el poder para hacer un nuevo manual para las sociedades, que esté basado en entender el cerebro, entender la mente usando datos, y Argentina puede en el mediano plazo desarrollar un maravilloso manual porque tienen gente inteligente, muy creativa y científica”, aseguró.
La economía del siglo XXI tiene que ver con nuestras habilidades emocionales, cognitivas y sociales. Creo que en este mundo de incertidumbres y de falta de guías hacia el futuro volver a esto desde la interdisciplina puede ser una solución.
Para finalizar, Daniel Menéndez, Coordinador Nacional de Barrios de pie, y el diputado nacional Daniel Arroyo aportaron sus lineamientos y propuestas en torno a las problemáticas abordadas.
El encuentro completo puede ser visto en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=voa4ILbUjI8