(Por Marisa Macagno) EcoHerbas nació en plena pandemia, en un espacio reducido que en tan solo tres años logró cuadruplicar su superficie y al mismo tiempo la producción.
Así fue como a mediados de 2020, en plena pandemia, mientras se desempeñaba en el área comercial de una empresa, un amigo le contó sobre el método productivo de hidroponía, lo cual rápidamente despertó la curiosidad de Nicolás, administrador de empresas agropecuarias, y luego de investigar junto a su esposa, decidieron animarse y crearon en su casa un pequeño sistema denominado Raíz Flotante que tenía un metro por un metro.
«Empecé a producir para consumo propio, y con las primeras producciones me di cuenta de la calidad, sanidad y sabor que lograba en las verduras (rúcula, lechuga y albahaca), por lo que seguí indagando y analizando las posibilidades para hacer algo a escala productiva comercial», relata el profesional.
Antes de aventurarse en la inversión, realizaron un análisis de mercado, analizando dónde producir y establecer el sistema, qué producir, para qué mercado, a qué clientes apuntar, con qué logística, bajo qué costos y hasta qué zonas abarcar.
Así fue como arrancaron con un invernadero que ubicaron al lado de su vivienda, de 200 metros cuadrados, y a los pocos meses debieron duplicar la superficie de producción, logrando en tres años contar con un invernadero de 700 metros cuadrados dedicados exclusivamente a la producción de rúcula, albahaca y lechuga.
Actualmente se producen entre 4500 y 5000 paquetes de «hoja menor»: rúcula principalmente y en menor porcentaje albahaca; y entre 2000 y 2200 paquetes de «hoja mayor»: distintas variedades de lechuga como Hoja de Roble Verde y Morada, Crespa y Mantecosa.
Todo lo cosechado sale empaquetado con su respectiva bolsa impresa con logo y datos de la empresa, siendo el 90% de la producción comercializada en Córdoba Capital, donde se distribuye directamente a verdulerías, restaurantes y pizzerías. El 10% restante se vende en Río Primero.
«En Córdoba el mercado está bien marcado y el producto se conoce, en Río Primero -en cambio- es donde más escuela tenemos que hacer porque no se conoce tanto el producto ni el método de hidroponía, pero eso también nos hace ver que estamos ante un gran potencial mercado», ponderó Bolaño.
Después de tres años de trabajo arduo y capacitaciones constantes, proyectan seguir creciendo en superficie de producción como así también poder llegar a incorporar frutillas o tomates cherrys: «Siempre estamos pensando en el futuro, dando valor agregado a lo que producimos, siendo muy cuidadosos con los productos para que sean frescos, ricos, sabrosos, nutritivos, sanos y de alta calidad», expresó el empresario.
Pero a la vez se mostró cauteloso, afirmando que siempre analizan cada paso que van a dar «debido a las grandes incertidumbres económicas y sociales por las que atraviesa nuestro país, pero a la vez vemos una tendencia en alza en el consumo de estos productos sanos que contribuyen al bienestar personal y es ahí donde queremos apuntar», agregó.
Fuente: https://infonegocios.info/rio-primero/un-terreno-baldio-se-convirtio-en-la-sede-de-un-emprendimiento-de-hidroponia-que-no-para-de-crecer